3 Pasos para compartir el evangelio con amigos

¿Has sentido alguna vez pena de compartir tu fe? O ¿no sabes por dónde empezar cuando te preguntan sobre tu fe?

Cuando comencé con mi relación con Cristo no sabía todo lo que implicaba tener una verdadera relación con Dios, hasta que un día leyendo Mateo 28:19-20, comprendí que Dios nos llama a hacer discípulos por todo el mundo y por todas las naciones, y esto empieza con nosotros en compartir del evangelio y termina con discipular. 

Pero déjame contarte sobre mi primer acercamiento al comenzar a compartir mis convicciones,  lo recuerdo bien, un profesor me preguntó en medio de la clase si era cristiana y para mí fue muy impactante porque estaba en la secundaria, y era cristiana en secreto o “cristina” como diría mi papá. Me daba pena decir que era cristiana, mientras no supieran mejor, mi vida era un desastre, no me sentía con la autoridad moral para afirmar algo que no iba con mi estilo de vida y por último no sabía qué decir si seguían las preguntas consecuentes. Recuerdo que en ese momento tenía vergüenza, quería que me tragara la tierra y de mi boca no salió ninguna palabra. Un compañero, que no era cristiano, tuvo que responder por mi y decir que no, ese evento marcó mi vida, me arrepentí tanto después, y le pedí perdón a Dios, este es mi testimonio, de como no tenía idea de que era tener una relación con Dios y que dentro de mis convicciones me encontraba muy perdida y me avergonzaba hablar de Dios, por pensar el que se diría de mí.

De este pequeño testimonio, me gustaría que supieras que no eres el primero, ni el último en sentir vergüenza en compartir tus creencias, por el que dirán mis amigos más cercanos. Como joven buscamos ser aceptados por los demás, sentimos temor de compartir nuestras creencias por el temor al rechazo. Pero recordé Mateo 28:19-20 “Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 

Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos” tenemos que tener esa seguridad de que Dios siempre está con nosotros, y que él quiere que obedezcamos y compartamos del evangelio. 

Así que déjame darte unos tips de cómo compartir el evangelio: 

Paso número 1: Mi relación con dios.

 

Estaba alejada de Dios, no estaba conectada a la fuente que es Cristo, me daba pena mi caminar con Cristo, no me encontraba cimentada en la palabra y esto causaba que no compartiera mi fe.  Tener una relación con Cristo, es como tener una relación con una pareja o un amigo, requiere de tiempo de calidad, comunicación (oración), confianza, sacrificios, amor. Juan 15:5 nos dice que él es la vid y nosotros los pámpanos sin él nada podemos hacer.

Paso número 2: Testimonio.

 

Parte de la vida cristiana se refleja en la conducta y comportamiento. Yo reflejaba un comportamiento contrario a lo que dice la palabra y esto causaba que mi sentimiento de ocultar mis convicciones creciera.  Efesios 4:24 nos habla de cómo vestirse del nuevo hombre que es semejante a cristo, Dios requiere nuestra obediencia para llegar a la bendición. Muchas veces las personas no tomarán en cuenta tus palabras, si van vacías, pero respaldadas con tus obras tendrán un gran efecto, por sus frutos los conoceréis Mateo 7:16

Paso número  3: Conocimiento de la palabra

 

No podrás enseñar algo que no sabes, la palabra es clara al compartir y cómo compartir acerca del evangelio, estudia la biblia poco a poco y pide al espíritu santo entendimiento, guarda su palabra en tu corazón y así sabrás más e irás mejorando tu forma de compartir. 

Te dejo una herramienta de Cru que me ayudó a dar de manera estructurada, rápida y eficaz el mensaje del evangelio:“Las cuatro leyes espirituales” y la puedes encontrar en la página de cru.org.

Y con respecto a la pena que sentía, al estar ya firme en mis convicciones, Dios en su palabra, a través del espíritu santo, me dio el versículo de Hechos 1:8 “Recibiremos poder para testificar, no estamos solos y recuerda que solo eres un instrumento de Dios, a ti te toca comunicar el mensaje y al transformar vidas.” 

 

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