Iniciando una conversación espiritual
Jorge: “Hola Manuel, mi nombre es Jorge Moraga, soy parte del equipo de Cru ¿Recuerdas el stand que había en la Universidad antes de que se suspendieran las clases, el de los dados y los premios? Te escribo porque me encantaría que pudieras ver un vídeo que generó Cru (Falling plates), y después, solo si lo deseas, tener una instancia para conversar más al respecto de eso y de la organización por videollamada. Cuéntame qué te parece la idea y lo agendamos, un abrazo”
Manuel: “¡Hola! Gracias Jorge, me tomaré un tiempo para ver el video. ¡Saludos! Y claro que me acuerdo, hasta sé que saqué 6 en el dado”
En marzo del 2020 y antes de que esto del COVID-19 estallara, organizamos como cada año un stand en cada una de las universidades donde estamos. Una de ellas fue la Universidad de Chile; estábamos muy animados y nos preparamos para invitar a los nuevos ingresos con un juego y una encuesta para que nos dejaran sus datos. En esa instancia contamos con la ayuda especial de un equipo de misioneros de corto plazo provenientes de EEUU. Hablamos en esa semana con muchas personas, siendo uno de esos contactos Manuel; al transcurrir esa semana nos enteraríamos de las medidas que el gobierno instauró en términos de pandemia, lo que trajo como consecuencia que las clases nunca comenzaran, o por lo menos no como normalmente solían.
Posterior a eso, sentimos desánimo al pensar que no podríamos ir al campus; sin embargo, ahí estaban los contactos con los que hablamos. Recibí una serie de papeles donde recabamos las encuestas y entre esos nombres me contacté con varios estudiantes (utilizando el mismo mensaje que inicia esta nota), dos de ellos estuvieron dispuestos a reunirse. Al contactarme con ellos por separado, ambos decidieron aceptar a Cristo, no obstante solo uno de ellos continuó con el seguimiento. La primera semana hablamos de nuestra seguridad de salvación y lo desafié a leer Juan; a la semana siguiente no quise preguntarle por el desafío, no quería presionarlo, pero rompió toda expectativa cuando me dijo que lo había leído completo y que tenía varias preguntas; yo estaba honestamente sorprendido.
Seguimos reuniéndonos y al terminar nuestra segunda sesión me escribe que, con tristeza, se había dado cuenta que su papá no conocía a Cristo, y eso significaba que no estaría con el Señor. Ustedes me perdonarán, pero me alegré con su comentario, en ese momento exclamé eufórico ¡Lo entendió! ¡Lo entendió! ¡Lo entendió! Él había entendido que nuestra única esperanza es poner nuestra vida en Dios por medio de Jesucristo. Actualmente estamos orando por su papá, Manuel está creciendo en su fe y un año después de los acontecimientos anteriormente narrados, nos estamos reuniendo con otro amigo de él que también ha decidido seguir a Cristo.
¿Te atreverías a escribirle a un completo extraño por whatsapp para compartirle de tu fe en Cristo? Si yo pude hacerlo, tú también puedes.
Si quieres saber más información acerca de cómo hacerlo y cuáles son estos recursos y herramientas que te ayudarán en ese paso de fe, siéntete libre de comunicarte con nosotros.
Escrito por Jorge Moraga Sepúlveda, ingeniero y misionero a tiempo completo con Cru Chile y encargado de operaciones.
Miembros de la comunidad también leen: ¿Comparto mi fe?