La importancia del marketing en la misión de Dios

Priscilla trabajaba como Directora Creativa para una agencia de marketing digital en Bangkok. El trabajo era difícil, sobre todo un proyecto sobre la trata de seres humanos. “Fue un proyecto muy intenso, porque tuve que leer muchas historias sobre personas realmente destrozadas y sobre cómo la gente trabajaba para llevarlos ante la justicia”, dice Priscilla.

El proyecto fue agotador física y emocionalmente, pero también inspiró a Priscilla. “Lo que me hizo seguir adelante fue pensar que esto podía tener un impacto real en la vida de alguien”, dice. Más o menos al mismo tiempo, empezó a hacer consultoría gratuita para un ministerio local de hombres, asesorándoles sobre su estrategia digital.

Aquellas experiencias ayudaron a sentar las bases para que Priscilla utilizara sus conocimientos de marketing para la misión de Dios. Tiempo después, una organización envió un proyecto a varias agencias de marketing, incluida la de Priscilla, para crear un centro de recursos cristianos en Tailandia. Priscilla, la única cristiana de su oficina, se entusiasmó con la oportunidad y acabó consiguiendo el proyecto. “Trabajar en él y ver cómo podíamos utilizar la tecnología para promover lo que Dios está haciendo me inspiró mucho”, dice Priscilla.

A través de esa experiencia, Priscilla decidió que quería usar sus talentos y conocimientos para Dios, pero aún no sabía cómo. ¿Cómo podía seguir trabajando en marketing, mantener a su familia y hacer obra misionera? No sabía la respuesta, pero Dios se la dio.

Priscilla conoce Indigitous

Durante una conferencia sobre misiones internacionales, Priscilla conoció a Russ Martin, Director General de Indigitous, quien le explicó la visión de Indigitous, de utilizar nuestra comunidad colaborativa para capacitar a los cristianos a dar a conocer a Jesús. “Me inspiraron las formas innovadoras en que podemos ampliar los límites de la tecnología y ver cómo se puede utilizar para difundir el Evangelio”, dice Priscilla.

Dos años más tarde, la pandemia mundial golpeó y Priscilla se encontró buscando una manera de hacer el trabajo de marketing desde casa sin dejar de ser capaz de cuidar a sus tres hijos. Finalmente, Russ se puso en contacto con ella y le dijo que Indigitous necesitaba un Director de Marketing. Priscilla aceptó el puesto y lleva desempeñándolo desde abril. “Ha sido un viaje alucinante y me encanta”, dice.

Encontrando tu rol

Dios nos ha hecho únicos a cada uno de nosotros, con nuestros propios talentos, intereses y pasiones. La mejor manera de servir a Dios no es ignorándolos, sino aprovechándolos. En lugar de alejarse del marketing para trabajar en misiones, Priscilla encontró una manera de utilizar su experiencia en marketing digital para ayudar a un movimiento misionero global a hacer un mejor trabajo de empoderar a los cristianos de todo el mundo para dar a conocer a Jesús.

Dios puede utilizar a los mercadólogos digitales. Puede usar desarrolladores web, diseñadores, escritores, cineastas y más. Puede usar influencers con seguidores masivos en las redes sociales, o a alguien con sólo unas docenas de seguidores. Sea cual sea tu situación, Él puede usarte.

“Mira cómo la tecnología ha cambiado el mundo”, dice Priscilla. Las redes sociales han hecho que el mundo esté más conectado que nunca. Hay más gente con teléfono móvil que con un cepillo de dientes. “¿Cómo es que el Evangelio no está ahí empujando esos límites de expansión de la misma manera?”.

Para Priscilla, esos canales digitales ofrecen una oportunidad. Seas quien seas, tienes influencia. Tanto si eres un profesional del marketing, un influencer o alguien a quien le gusta enviar TikToks a sus amigos, Dios puede usar eso. “No debería ser solo los Gigantes Tecnológicos”, dice Priscilla. “Usemos los canales que la gente está usando todo el tiempo y encontrémonos con ellos donde estén con ese mensaje de esperanza”.

Ten paciencia

Recuerdo que hace varios años, todos los miembros de mi grupo de la iglesia hicimos un test para ayudarnos a identificar nuestros dones espirituales. La idea era descubrir cómo Dios nos había hecho de forma única y cómo podíamos utilizarlo para la Iglesia.

Recuerdo que mi don espiritual principal era “exhortación”. Y estaba confundida. ¿Cómo se suponía exactamente que debía utilizar ese don? ¿Alguien que yo conociera necesitaba ser exhortado? Sarcásticamente consideré publicar en Facebook: “Oigan, si alguno de ustedes necesita exhortación, soy su chico. Háganmelo saber”.

No vi cómo utilizar ese don, así que al final me olvidé de él. Por aquel entonces, trabajaba en control de calidad para una empresa que investiga fraudes de seguros. Mi licenciatura era en creación literaria, pero tampoco veía la forma de utilizarla para Dios.

Odiaba ese trabajo, casi tanto como los dos trabajos que tuve después. Como siempre me gustó ser voluntaria en mi iglesia, empecé a buscar trabajo en el sector no lucrativo. Busqué infructuosamente durante unos dos años. Entonces, un amigo de mi grupo de la iglesia me habló de alguien en una organización misionera que necesitaba ayuda. Eso me llevó finalmente a lo que hago ahora, utilizar mis escritos para exhortar a otros en la misión de Dios.

Vive en misión

Por supuesto, no hace falta cambiar de profesión o de empresa para vivir en misión. Puedes hacerlo con tu vida cotidiana, ya seas estudiante, profesional o estés jubilado. Pero, ¿cómo saber cómo hacerlo?

Puedes empezar por lo que sabes y lo que te gusta. ¿Qué te apasiona? ¿Hay alguna causa por la que quieras luchar? ¿Hay algo en lo que quieras participar? ¿Qué te gusta hacer? ¿Dónde reside tu talento? Todos esos son puntos de partida útiles. “Dios me dio estas experiencias por una razón y quiero usarlas para Su gloria”, dice Priscilla.

Puede que te lleve tiempo descubrirlo. A mí me llevó más de dos años de búsqueda encontrar un lugar donde pudiera utilizar mis talentos y dones espirituales para Dios. A Priscilla le llevó casi el mismo tiempo. Haz una lista de tus talentos, intereses y pasiones y empieza a buscar formas de utilizarlos para Dios. Ora a Dios pidiendo sabiduría. Puede que tarde más de lo que te gustaría, pero puedes esperar que Él te responda, y la espera merecerá la pena.

Jeremy Lukens

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Créditos de la fotografía: Foto de Windows en Unsplash

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